Sublime Marta
¿Cuántos nuevos artistas vemos nacer en un mismo año? Artistas sin fondo, resultado de una campaña de marketing, pseudoartistas que lanzan un hit y nunca más se sabe de ellos. En cambio, cuántos artistas logran mantenerse en la cresta de la ola, con sus altos y bajos, pero al fin y al cabo en la ola, durante 25 años? Es el caso de la estrella sobre la cual tengo hoy el placer de escribir.
Ha costado que la opinión pública entera respete y valore a una de las mejores voces con las que el panorama musical español cuenta desde hace años. Atrás queda el mito de sex-symbol por el que únicamente se reconocía a Marta. Y con esta afirmación no quisiera ser malinterpretado; Marta no ha dejado de ser sexy, de hecho está más sexy que nunca, más Marta que nunca. Pero ahora ha logrado combinar la sensualidad de su persona con la genialidad de su voz, o mejor dicho que se le reconozca por ambas cosas, pues ya hace años que Marta nos deleitó con su brillante voz, pero por aquel entonces sólo unos pocos éramos capaces de apreciarlo. Como ya bien dijo Sabina, es que aun no se han enterado de que Marta Sánchez es la mejor voz de nuestro país? Ahora podemos afirmar que, por fin, lo han hecho.
¿Alguien recuerda la escena, inolvidable escena, de ¿Quién mató a Roger Rabbitt? en que Jessica Rabbitt hace su estelar aparición? Marta nos evocó a los años 40 con la misma sensualidad que Jessica, con una diferencia y a la vez ventaja, que Marta es real. Un toque de Rita Hayworth, soul, la justa medida de elegancia, y exceso de glamour fueron los ingredientes para crear la irrepetible atmósfera que tan sólo Marta pudo generar. Cabe destacar la excelente iluminación con la que cada número era ambientado. Un 10 para la luminotecnia.
Inmersos en ese ambiente, Marta versionó a ritmo de swing sus más conocidos temas (Desesperada, Moja mi corazón, Con sólo una mirada…), pues era un día de celebración: 25 años de carrera de musical, 25 años de éxitos, 140 canciones lanzadas al mercado, 22 de ellas compuestas por ella misma, más de 1.000 conciertos ofrecidos entre España y el extranjero a lo largo de este tiempo, más de 25 videoclips rodados, más de 7 millones de discos vendidos. Todos ellos eran motivos más que suficientes para celebrar dicho aniversario, y es que ya era hora de que Marta recibiera un homenaje de tales características. La artista agradeció a su público con una expresión totalmente sincera, humilde y transparente el haberla acompañado a lo largo de sus años. Fue muy emotivo ver a Marta a punto de llorar cuando tenía a todo su público levantado mientras le aplaudía y ovaba. ¿Su manera de agradecérnoslo? Como mejor sabe hacer, entregándose en cuerpo y alma en el escenario. El pasado sábado pudimos disfrutar de su mejor puesta en escena, de su mejor vestuario y de su mejor voz. La verdad es que no existen puntos negativos a destacar en esta crónica, y no por falta de imparcialidad, simplemente porque fue una velada perfecta, irrepetible, única.
Marta estuvo acompañada por un coro que se supo adaptar a su voz en todo momento, un coro que tenía entidad por sí mismo, pues los interludios en que la cantante aprovechaba para cambiarse de vestuario eran amenizados por dichos cantantes de un modo fantástico, versiones soulísticas de todos los tiempos, reminiscencias negras, fabulosas.
Ya en un segundo acto, Marta nos mantuvo en los años 40 pero nos transportó a Argentina. Con un silencio absoluto, el teatro entero estuvo pendiente de la voz de Marta, la artista cantó ‘Nostalgias’, el tradicional tango que ya interpretó junto a José Mercé en el Liceu de Barcelona. En aquel momento pensé que quizá aparecería el gran Mercé para acompañar a Marta, aunque luego pude observar que Marta no recurrió a la presencia de ningún otro cantante para realizar duetos (a pesar de su disco, ‘De par en par’). Me pareció algo acertado, pues era un concierto homenaje, sólo y únicamente Marta, y no nos decepcionó. Nadie más era necesario aquella noche para brillar.
Los temas se fueron sucediendo, la velada fue tomando dinamismo y tras un momento de oscuridad hubo una explosión de color y neones. Con la canción ‘Levántate’, todo el teatro, efectivamente, nos levantamos, con la particularidad de que ya nos volvimos a sentar. Durante una hora seguida, el Teatro Compac de Madrid se mantuvo de pie cantando y bailando al son de los grandes éxitos de Marta Sánchez.
De ´Levántate’ pasamos al himno ‘Soldados del Amor’. ¿Qué decir de este tema? Lo dicho, un himno, era genial ver a toda la fila de niños que tenía delante bailar como posesos, temas intergeneracionales, que serán exitosos siempre.
Marta interpretó ‘Reina de la Radio’ y nos deleitó con la balada ‘Canción para Daniela’. Fueron tantas las canciones interpretadas que admito desconocer si estoy siguiendo el orden real en mi narración. También un hubo un medley recuperando los temas que interpretó al inicio del espectáculo, pero con otro ritmo.
La sorpresa, la gran máscara tras la que se ocultaba Marta mientras cantó ‘Si me cambian los recuerdos’, el tema que grabó con Alaska para el trabajo Miss Sánchez y que tan poca repercusión tuvo. El porqué? Lo desconozco, pero es una pena que más gente no haya podido disfrutar de esa actuación de las dos divas del pop español.
Marta finalizó los bises con un tema soul, la música negra es muy amada por ella y, de hecho, su voz se adapta de manera armónica a dicho estilo. La voz de Marta es la voz de una negra atrapada en una rubia.
Tuve la suerte de asistir a este momento irrepetible. Siempre he sido fan incondicional de Marta, pero hoy con más motivo. Es una artista consagrada y eso ya no se puede cuestionar, si es que se cuestionaba aún… Fue bellísimo ver a niños, adultos (incluidos invidentes que se sentaban a mi lado) y mayores bailar al mismo tiempo y, sobre todo, observar un teatro entero rendido a los pies de la artista.
Por muchos años, Marta.
Ha costado que la opinión pública entera respete y valore a una de las mejores voces con las que el panorama musical español cuenta desde hace años. Atrás queda el mito de sex-symbol por el que únicamente se reconocía a Marta. Y con esta afirmación no quisiera ser malinterpretado; Marta no ha dejado de ser sexy, de hecho está más sexy que nunca, más Marta que nunca. Pero ahora ha logrado combinar la sensualidad de su persona con la genialidad de su voz, o mejor dicho que se le reconozca por ambas cosas, pues ya hace años que Marta nos deleitó con su brillante voz, pero por aquel entonces sólo unos pocos éramos capaces de apreciarlo. Como ya bien dijo Sabina, es que aun no se han enterado de que Marta Sánchez es la mejor voz de nuestro país? Ahora podemos afirmar que, por fin, lo han hecho.
¿Alguien recuerda la escena, inolvidable escena, de ¿Quién mató a Roger Rabbitt? en que Jessica Rabbitt hace su estelar aparición? Marta nos evocó a los años 40 con la misma sensualidad que Jessica, con una diferencia y a la vez ventaja, que Marta es real. Un toque de Rita Hayworth, soul, la justa medida de elegancia, y exceso de glamour fueron los ingredientes para crear la irrepetible atmósfera que tan sólo Marta pudo generar. Cabe destacar la excelente iluminación con la que cada número era ambientado. Un 10 para la luminotecnia.
Inmersos en ese ambiente, Marta versionó a ritmo de swing sus más conocidos temas (Desesperada, Moja mi corazón, Con sólo una mirada…), pues era un día de celebración: 25 años de carrera de musical, 25 años de éxitos, 140 canciones lanzadas al mercado, 22 de ellas compuestas por ella misma, más de 1.000 conciertos ofrecidos entre España y el extranjero a lo largo de este tiempo, más de 25 videoclips rodados, más de 7 millones de discos vendidos. Todos ellos eran motivos más que suficientes para celebrar dicho aniversario, y es que ya era hora de que Marta recibiera un homenaje de tales características. La artista agradeció a su público con una expresión totalmente sincera, humilde y transparente el haberla acompañado a lo largo de sus años. Fue muy emotivo ver a Marta a punto de llorar cuando tenía a todo su público levantado mientras le aplaudía y ovaba. ¿Su manera de agradecérnoslo? Como mejor sabe hacer, entregándose en cuerpo y alma en el escenario. El pasado sábado pudimos disfrutar de su mejor puesta en escena, de su mejor vestuario y de su mejor voz. La verdad es que no existen puntos negativos a destacar en esta crónica, y no por falta de imparcialidad, simplemente porque fue una velada perfecta, irrepetible, única.
Marta estuvo acompañada por un coro que se supo adaptar a su voz en todo momento, un coro que tenía entidad por sí mismo, pues los interludios en que la cantante aprovechaba para cambiarse de vestuario eran amenizados por dichos cantantes de un modo fantástico, versiones soulísticas de todos los tiempos, reminiscencias negras, fabulosas.
Ya en un segundo acto, Marta nos mantuvo en los años 40 pero nos transportó a Argentina. Con un silencio absoluto, el teatro entero estuvo pendiente de la voz de Marta, la artista cantó ‘Nostalgias’, el tradicional tango que ya interpretó junto a José Mercé en el Liceu de Barcelona. En aquel momento pensé que quizá aparecería el gran Mercé para acompañar a Marta, aunque luego pude observar que Marta no recurrió a la presencia de ningún otro cantante para realizar duetos (a pesar de su disco, ‘De par en par’). Me pareció algo acertado, pues era un concierto homenaje, sólo y únicamente Marta, y no nos decepcionó. Nadie más era necesario aquella noche para brillar.
Los temas se fueron sucediendo, la velada fue tomando dinamismo y tras un momento de oscuridad hubo una explosión de color y neones. Con la canción ‘Levántate’, todo el teatro, efectivamente, nos levantamos, con la particularidad de que ya nos volvimos a sentar. Durante una hora seguida, el Teatro Compac de Madrid se mantuvo de pie cantando y bailando al son de los grandes éxitos de Marta Sánchez.
De ´Levántate’ pasamos al himno ‘Soldados del Amor’. ¿Qué decir de este tema? Lo dicho, un himno, era genial ver a toda la fila de niños que tenía delante bailar como posesos, temas intergeneracionales, que serán exitosos siempre.
Marta interpretó ‘Reina de la Radio’ y nos deleitó con la balada ‘Canción para Daniela’. Fueron tantas las canciones interpretadas que admito desconocer si estoy siguiendo el orden real en mi narración. También un hubo un medley recuperando los temas que interpretó al inicio del espectáculo, pero con otro ritmo.
La sorpresa, la gran máscara tras la que se ocultaba Marta mientras cantó ‘Si me cambian los recuerdos’, el tema que grabó con Alaska para el trabajo Miss Sánchez y que tan poca repercusión tuvo. El porqué? Lo desconozco, pero es una pena que más gente no haya podido disfrutar de esa actuación de las dos divas del pop español.
Marta finalizó los bises con un tema soul, la música negra es muy amada por ella y, de hecho, su voz se adapta de manera armónica a dicho estilo. La voz de Marta es la voz de una negra atrapada en una rubia.
Tuve la suerte de asistir a este momento irrepetible. Siempre he sido fan incondicional de Marta, pero hoy con más motivo. Es una artista consagrada y eso ya no se puede cuestionar, si es que se cuestionaba aún… Fue bellísimo ver a niños, adultos (incluidos invidentes que se sentaban a mi lado) y mayores bailar al mismo tiempo y, sobre todo, observar un teatro entero rendido a los pies de la artista.
Por muchos años, Marta.