El teatro Compac de la Gran Vía madrileña acogía el viernes el segundo de los cuatro conciertos que ofrece la mejor voz española por motivo del lanzamiento de su álbum De par en par, con el que celebra 25 años de carrera.

Marta Sánchez ofrecía un espectáculo maravilloso en el fondo y en la forma, con un público adulto aficionado a la buena música (me consta que incluso aquellos que no son fans de la cantante alabaron el concierto). Todo un recorrido que comenzaba en los años 40 del siglo XX, al puro estilo de Rita Hayworth en Gilda y que finalizaba en un escenario futurista lleno de luces y con un sonido mucho más electrónico. Y un derroche de voz y de sentimiento en el que la artista pasó de las lágrimas de agradecimiento a una risa nerviosa por algún comentario que debió hacer alguien del público mientras cantaba Colgando en tus manossin Baute.
Marta Sánchez ha sabido defender su espacio en el complicado mundo de la música, y como ella misma dijo: «Todo el esfuerzo tiene al final su recompensa».
Una primera parte en la que fue todo voz y buen gusto, un paseo por alguno de los temas que le han dado la popularidad a una cantante que ha ofrecido más de 1.000 conciertos y ha vendido más de 7 millones de discos, como Soy yo, Vivo por ella oDesesperada. Pero estas canciones, muchas de ellas de un pop ligero, se presentaron revestidas por sonidos jazz y swing y arropadas por un coro formado por tres mujeres y un hombre que constituían el mejor coro que he escuchado en mi vida (después de las coristas de Mariah Carey, a quién vi en el año 2000 en el Palacio de los Deportes), el corista masculino tiene una voz que, os lo prometo, me ponía los pelos de punta todo el rato. Hubo incluso algunas pinceladas de gospel.
Después de una primera parte cargada de intensidad, Marta Sánchez dio un vuelco y el escenario se transformó en una pista de baile, para cantar temas de su última etapa como Levántate o Si me cambian los recuerdos, y canciones más antiguas como Desconocida o Quiero más de ti, o incluso Soldados del amor, un himno de principio de los años noventa, que con un sonido 100% actual, el público aplaudió más que efusivamente.

Eché de menos No te quiero más, una de mis canciones favoritas en español y Escrito sobre el viento, que canta a dúo con el fallecido Antonio Vega en el nuevo disco.

Todo un lujo poder asistir a ese concierto, todo un lujo ofrecer un concierto así en la Gran Vía. Porque fue todo un homenaje de buena música, una mezcla de emociones y sonrisas, un recorrido por los mejores años de nuestra vida, como una de las canciones que cantó anoche. Creo que ha sido uno de los conciertos más bonitos a los que he ido en mi vida.
Os dejo un video que ha preparado David de I want new music! (¡Gracias!) para que os podáis hacer una idea de cómo fue:

El álbum, un homenaje innecesario
Después de escuchar De par en par, el disco con el que Marta Sánchez celebra sus 25 años de carrera, la sensación que tengo es de que es un álbum que no hacía falta. Innecesario.
En este álbum, al estilo de Miguel Bosé con Papito, la cantante versiona sus propias canciones acompañada de cantantes de la escena musical nacional (como Nena Daconte, Bebe o José Mercé) e internacional (Luis Fonsi, James Morrison o Nek). Cuando salió el disco de Papito me pareció todo un acierto, y los críticos musicales así lo reconocieron con el aluvión de premios que recibió y el público así lo reconoció también con el aluvión de ventas. Quizá por ese éxito, tras el de Bosé llegaron una gran cantidad de discos de versiones, ajenas y propias, en lo que se ha convertido en una de las crisis de creatividad más profundas de los últimos años. O bien, una de las grandes crisis de libertad creativa para los artistas, sometidos por las discográficas que NO editan nuevo material ya que supone un riesgo demasiado alto en estos tiempos en los que apenas se venden discos. Más vale malo conocido que bueno por conocer, deben pensar.
En el caso de De par en par, de malo nada, porque las canciones de Marta Sánchez son de las mejores de la música pop en español, y para este disco se han preocupado de que la producción (del gran Carlos Jean) sea maravillosa, dándole un nuevo sonido más actual y con un buen gusto que, en algunas de las primeras canciones de Sánchez, brillaba por su ausencia. Pero que la producción sea cuidada tampoco es nuevo: el álbum de versiones de Rosario Flores o el de Niña Pastori son dos de los mejores de la música en español de los últimos años. Por eso, para darle un valor añadido, lo que se ha intentado acompañar a la artista de grandes o grandísimos cantantes. Y el resultado, para mi gusto, ha sido desastroso: Marta Sánchez tiene una de las mejores voces de la música, no sólo de España, sino de todo el mundo. Una voz llena de potencia, de matices R&B, que a pesar de ser foco de la prensa del corazón ha sabido ganarse su hueco como vocalista seria y de calidad. Y esa calidad hace que su grandiosa voz no empaste demasiado bien con la de otras cantantes femeninas, que quedan a la altura del betún: Nena Daconte, Bebe… Aunque lo mismo pasa con alguna de las masculinas, como con Hombres G, que deberían ser desterrados por atreverse a cantar con Marta Sánchez…
Algo mejor empasta con alguna de las masculinas, como la de Luis Fonsi, conn quién ha conseguido una digna versión de Moja mi corazón, o con Antonio Vega en Escrito sobre el viento, mi favorita del disco. Quiero destacar también Canción para Daniela, una canción inédita compuesta por la propia cantante, se consolida como una creadora musical madura y sólida.
En definitiva, un disco que podría haberse evitado y que sólo espero que sirva para inspirar a la artista y hacer que pronto saque nuevo e inédito material de calidad.
Publicado por Ismael Cruceta

por admin

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